La semana pasada el CCCB organizó unas jornadas sobre Darfur, enmarcadas en el programa “Geografía de las crisis olvidadas”, que se inició en 2007. Es un caso aislado, porque en occidente prácticamente nadie trata estos temas. Darfur es uno de esos dramas humanos, como el de Somalia, Uganda o el Congo, que cuestionan la ética de la comunidad internacional y que a nadie le interesa mencionar.
Unos pocos proyectos minoritarios intentan sacar a la luz, cada uno a su manera, la situación que se vive en estos países en conflicto permanente. Darfur Now es un ejemplo de este tipo de trabajos. Se trata de un documental de Ted Brown sobre la situación de esta zona del Sudán, contada a partir de seis personajes, desde perspectivas completamente distintas. Al margen de que el proyecto sea criticable, está claro que hoy por hoy es una de las pocas formas de informar a la población occidental sobre lo que los medios y la comunidad internacional tratan de esconder. Lamentablemente no es suficiente. No solo las imágenes, los análisis y las informaciones que nos llegan son escasas, sino que sorprende que ni siquiera la implicación (siempre cuestionable) de algunos actores tan conocidos como es el caso de George Cloony no haya conseguido sacar a la luz pública ni tan solo la punta del iceberg de la crisis humanitaria que vive en este país.
África apenas interesa a los medios y hoy tenemos un caso muy claro en la prensa española. Unos piratas somalíes han secuestrado un pesquero español y La Vanguardia dedica parte de la portada y la primera página de su sección Internacional a explicar los detalles de este secuestro. A continuación un pequeño artículo, de menos de media página, informa sobre conflicto permanente entre las distintas fuerzas de este país, que carece de estado desde 1990. Y eso es todo. Nadie sabe nada sobre Somalia y a nadie parece interesarle.
Unos pocos proyectos minoritarios intentan sacar a la luz, cada uno a su manera, la situación que se vive en estos países en conflicto permanente. Darfur Now es un ejemplo de este tipo de trabajos. Se trata de un documental de Ted Brown sobre la situación de esta zona del Sudán, contada a partir de seis personajes, desde perspectivas completamente distintas. Al margen de que el proyecto sea criticable, está claro que hoy por hoy es una de las pocas formas de informar a la población occidental sobre lo que los medios y la comunidad internacional tratan de esconder. Lamentablemente no es suficiente. No solo las imágenes, los análisis y las informaciones que nos llegan son escasas, sino que sorprende que ni siquiera la implicación (siempre cuestionable) de algunos actores tan conocidos como es el caso de George Cloony no haya conseguido sacar a la luz pública ni tan solo la punta del iceberg de la crisis humanitaria que vive en este país.
África apenas interesa a los medios y hoy tenemos un caso muy claro en la prensa española. Unos piratas somalíes han secuestrado un pesquero español y La Vanguardia dedica parte de la portada y la primera página de su sección Internacional a explicar los detalles de este secuestro. A continuación un pequeño artículo, de menos de media página, informa sobre conflicto permanente entre las distintas fuerzas de este país, que carece de estado desde 1990. Y eso es todo. Nadie sabe nada sobre Somalia y a nadie parece interesarle.
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